Ingredientes:
- 500 gramos de harina de trigo
- 250 ml de agua
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen
- Una pizca de sal
- 5 gramos de levadura en polvo
Preparación:
- En un bol grande, coloca 400 gramos de harina de trigo. Reserva un poco de harina (alrededor de 100 gramos) para el amasado posterior.
- Haz un hueco en el centro de la harina. Agrega la levadura en el centro y, poco a poco, el agua. Mezcla con las manos para formar una masa. No viertas todo el agua de una vez; agrégala gradualmente hasta que sientas que la masa tiene la textura adecuada. Necesitarás aproximadamente un vaso de agua, pero la cantidad puede variar según la humedad de la harina, así que confía en tu instinto y agrega agua según sea necesario.
- Luego de amasar un poco, añade dos pellizcos de sal y el aceite de oliva. La sal se agrega en este punto para evitar que entre en contacto directo con la levadura, ya que puede retardar el proceso de fermentación.
- Continúa amasando durante unos 10-15 minutos hasta que la masa sea uniforme y ya no se te pegue en las manos. Durante el amasado, puedes romper la masa y volver a juntarla, o hacer movimientos de retorcimiento en espiral para darle elasticidad.
- Después de obtener una masa con la textura adecuada, espolvorea un poco de harina en el bol, coloca la masa en él y cúbrelo con papel film para que no entre aire. Deja reposar la masa en la nevera durante al menos una hora, aunque también puedes dejarla reposar de un día para otro.
Una vez que la masa ha reposado, estará lista para estirarla y preparar tu pizza casera con tus ingredientes favoritos. ¡A disfrutar!